martes, 6 de septiembre de 2016





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Este blog ha sido creado para cada uno de nuestros lectores, con el único fin de aportar a la educación de jóvenes, adultos y quienes deseen aprender, cosas nuevas.

 

 

Impulsar las vocaciones científicas desde el aula

¿Es cierto que cada vez hay menos jóvenes que se decantan por profesiones científicas y tecnológicas? José Ignacio Fernández Vera, director general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) afirmó en una jornada llevada a cabo en 2015, que el impulso de las vocaciones STEM (Science, Technology, Engineering y Mathematics, en sus siglas en inglés) es prioridad política en la agenda educativa de la Unión Europea. Para lograrlo, se llevan a cabo actividades que tienen como objetivo reducir la brecha entre la creciente demanda del mercado laboral y el insuficiente número de jóvenes que optan por estudios científicos y tecnológicos.

Un ejemplo de actividad que promueve el impulso de las vocaciones científicas es el programa de la Fundació Catalana per a la Recerca (FCRi) y Amgen Foundation, cuya finalidad es reforzar la vocación científica de los estudiantes de ESO. El programa ha contado con la participación de científicos jubilados que han llevado a cabo actividades en los centros.

Esta no es la única experiencia que se realiza con éxito en nuestro país; en este monográfico sobre el Impulso de las vocaciones científicashemos solicitado a los expertos que nos muestren cómo orientan a los niños y jóvenes para que conozcan mejor los estudios y las profesiones relacionadas con la ciencia y la tecnología.

¿Cómo impulsamos las vocaciones científico-técnicas? 
 
A partir de las aportaciones de los expertos, proponemos 5 acciones que pueden contribuir a impulsar un mejor conocimiento de las titulaciones y las profesiones científico-técnicas.
 

  1. Utilizar metodologías activas. Los expertos constatan que utilizar metodologías experimentales y fomentar el espíritu crítico de los alumnos contribuye a aumentar el interés por la ciencia y la tecnología. Laura Rubio, Directora de Comunicación y Divulgación de la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació (FCRi), reclama usar la indagación en las clases. Esto comporta que los estudiantes se hagan preguntas, busquen información, diagnostiquen los problemas, comprendan la relación causa-efecto, debatan con sus compañeros, elaboren argumentos coherentes y, por supuesto, que critiquen sus propios experimentos. 
  2. Trabajar desde la ciencia y la tecnología desde primaria. Durante la ESO, los jóvenes empiezan a tomar las decisiones sobre el futuro formativo. Si se quiere mejorar la percepción que se tiene sobre la ciencia y la tecnología, es importante trabajar estos temas en la educación infantil y en primaria. Un ejemplo de buena práctica es la que realiza la Escola Garbí Pere Vergés Esplugues, que inicia el primer contacto con la metodología científica en la educación infantil, a través de talleres manipulativos basados en la filosofía de aprendizaje-servicio. 
  3. Romper los estereotipos de género. El estudio As mulleres na universidade: elección profesional, elaborado por la Unidade de Muller e Ciencia de Galicia, muestra que las mujeres empiezan a alejarse de las carreras técnicas en la etapa preuniversitaria. La brecha de género en la elección de los estudios puede romperse con coeducación, orientación, divulgación e implicación social. 
  4. Orientar hacia la diversidad de estudios científico-técnicos. ¿Los jóvenes conocen realmente las titulaciones universitarias y de formación profesional que existen? La formación en esta rama abarca una gran diversidad de estudios. El desconocimiento de las opciones puede provocar que no se perciba interés por las más conocidas. 
  5. Dar a conocer las profesiones y las salidas profesionales. Según un estudio de Randstad, las titulaciones de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas son las que tienen una mayor empleabilidad. No es recomendable definir el proyecto de vida profesional en función de las salidas laborales de los estudios, pero es un factor a tener en cuenta cuando se valoran las funciones que se realizarán en un puesto de trabajo y las competencias requeridas, las posibilidades de movilidad internacional o el interés por iniciar un proyecto emprendedor. 

Tomado de:
http://www.educaweb.com/